El índice de precios de la carne de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alcanzó en septiembre un nuevo máximo histórico, al promediar 127,8 puntos, lo que representa un aumento de 0,7% respecto a agosto y 6,6% en comparación con el mismo mes del año anterior.
El incremento estuvo liderado por las carnes de bovino y ovino, cuyos precios subieron de forma significativa debido a la fuerte demanda internacional y la limitada oferta en algunos mercados clave. En contraste, las cotizaciones de las carnes de cerdo y aves de corral se mantuvieron estables.
Según la FAO, los precios de la carne de bovino alcanzaron un máximo histórico debido a la demanda sostenida en Estados Unidos, donde la menor disponibilidad interna y la diferencia favorable de precios alentaron las importaciones, en especial desde Australia, donde también se registraron alzas.
En el caso de Brasil, la carne vacuna mantuvo una tendencia ascendente por la alta demanda global, pese a las restricciones impuestas por Washington, que elevó los aranceles a las importaciones del país sudamericano.
También puede leer: Fedenaga alerta sobre brecha entre el precio del ganado y el costo de la carne al consumidor
La carne de ovino también experimentó un repunte, resultado de la fuerte demanda mundial frente a la escasez de suministros exportables en Oceanía. Mientras tanto, los precios del cerdo se mantuvieron estables, ya que el aumento de la demanda de carne brasileña por parte de nuevos mercados compensó la menor compra de China, principal consumidor global. En la Unión Europea, los efectos de los nuevos aranceles chinos fueron limitados.
Las cotizaciones de las aves de corral permanecieron firmes, sostenidas por un equilibrio entre oferta y demanda a escala global, pese a las restricciones temporales en algunos países debido a brotes localizados de gripe aviar altamente patógena.
Con este resultado, el mercado mundial de la carne consolida una tendencia de precios altos que refleja tanto las tensiones en las cadenas de suministro como la fuerte demanda en las principales economías importadoras, en un contexto de recuperación desigual y persistente volatilidad en los costos de producción.